Vivir en la Matrix

Comunicación, medios y tecnología

Teoría y otras yerbas

Bienvenidos a la convergencia: la profesía de Jenkins

Con esta frase, Henry Jenkins inicia a uno de los libros que mejor explica las dinámicas actuales respecto de los usos de internet. “Culturas de la convergencia” fue publicado en 2006, cuando Facebook daba sus primeros pasos y las redes sociales eran apenas un fenómeno de nicho.

No es que Jenkins sea Nostradamus. El autor recoge muchos de los avances, inquietudes y discusiones que existían por ese entonces, desde su lugar como profesor del MIT. Su mayor virtud reside en haber ordenado estos debates para comenzar a problematizar fenómenos que con el auge de las redes sociales crecerían exponencialmente.

Pero sin más preámbulos, ¿qué es la Convergencia para Jenkins? Ensayo una primera explicación: refiere a un proceso que reconfigura el accionar de los medios, los comportamientos de los públicos y la relación entre ambos. Todo ello a partir de un dramático cambio en la circulación y recepción de los mensajes.

Lo que debe quedar claro, para el autor, es que la convergencia no es solo ni principalmente un fenómeno tecnológico o económico: 

“Con Convergencia me refiero al flujo de contenidos a través de múltiples plataformas mediáticas, la cooperación entre múltiples industrias mediáticas y el comportamiento migratorio de las audiencias mediáticas, dispuestas a ir casi a cualquier parte en busca del tipo deseado de experiencias de entretenimiento”. 

Henry Jenkins

Vemos entonces que existe una suerte de tríada que compone la convergencia como fenómeno: plataformas mediáticas, tecnologías y comportamiento de las audiencias

En el primer caso, por convergencia entendemos la circulación de un mensaje por múltiples plataformas, lo que conlleva adaptar los contenidos a cada una. Lo que hoy conocemos como discursos o narraciones transmedia.

Henry Jenkins, el profeta de la convergencia.
Henry Jenkins.

El medio no es solo el mensaje

En el libro, Jenkins cita a Sola Pool, también docente del MIT. , quien en 1983 adoptó el término convergencia para hablar de un proceso en el cual “un solo media físico (ya se trate de cables o de ondas) puede transmitir servicios que en el pasado se proveían por caminos separados. Inversamente, un servicio provisto en el pasado por un media determinado (ya sea la radio, la televisión, la prensa o la telefonía) hoy puede ofrecerse por varios medias físicos diferentes”. 

Queda claro que la convergencia, a nivel mediático, tiene que ver con la separación del contenido y el medio físico en el que originalmente surgió. Hoy podemos ver televisión por nuestros smartphones, sin necesidad de tener un televisor. A su vez, desde las TVs actuales podemos navegar por internet o acceder a todo tipo de apps, desde Netflix o Spotify hasta Facebook. Entonces, en un primer aspecto de la convergencia hay un desanclaje de los contenidos respecto de los aparatos en los que originalmente nacieron. 

Esto implica, además, cambios en los formatos y los modos de producción y de consumo, como describirá más adelante Jenkins, citando a Lisa Gitelman. Esta autora 

“Ofrece un modelo de medios que funciona en dos niveles: en el primero, un media es una tecnología que posibilita la comunicación; en el segundo, un media es un conjunto de protocolos asociados o prácticas sociales y culturales que se han desarrollado en torno a dicha tecnología. Los sistemas de distribución son única y exclusivamente tecnologías; los medias son también sistemas culturales. Las tecnologías de distribución vienen y van sin cesar, pero los medias persisten como capas dentro de un estrato de información y entretenimiento cada vez más complicado”. 

Henry Jenkins

Esto significa que podemos migrar de ver un canal de aire de los viejos televisores cuadrados de 20’’ a hacerlo desde nuestro celular, y seguiremos viendo televisión, con los mismos contratos de lectura que antes, aunque éstos también van a ir evolucionando. 

La Caja Negra no existe

En cuanto a la convergencia tecnológica, Jenkins se refiere a “la Falacia de la Caja Negra”. Según este argumento todo el contenido de los medios confluirá en un único aparato que reemplazará a todos los viejos dispositivos.

Dice Jenkkins que “si el concepto de ‘caja negra’ resulta una falacia es porque reduce el cambio mediático a cambio tecnológico, despojándolo de los niveles culturales”. Y añade: “lo que hoy estamos viendo es que el hardware diverge mientras que el contenido converge. Tus necesidades y expectativas de correo difieren si estás en casa, en el trabajo, en clase, de camino al trabajo, etc. Y estos diferentes aparatos están diseñados para satisfacer tus necesidades de acceso a los contenidos según donde te encuentres, según tu ubicación”.

Es decir, que por muchos esfuerzos que se hagan para hacer converger nuestros consumos a través del smartphone, seguiremos dependiendo de otros aparatos. Si voy a ver una película, preferiría que sea en un Smart TV de 50’’ (quien no) antes que en la pantalla del teléfono… A los fabricantes también les conviene: por eso Samsung no fabrica solo celulares, sino muy buenos televisores. 

Sí existe una convergencia que tiene que ver con la posibilidad de transmitir todos los contenidos a través de una única “autopista”: la fibra óptica, un fenómeno que también tiene sus complejidades, puesto que es difícil separar a los dueños de la infraestructura (“los caños”, como se les dice) de los productores de contenidos, y en ocasiones esto genera grandes conflictos (basta con ver el debate por la eliminación de la neutralidad de la red en Estados Unidos). Este es uno de los aspectos descuidados de la legislación argentina, algo que abordaremos en otro apartado.

La Convergencia está en tu mente

La convergencia, en tu mente está.
La convergencia, en tu mente está (?)

No se trata de una frase del Maestro Yoda, sino del concepto central del libro de Jenkins que estamos abordando: 

“La convergencia no tiene lugar mediante aparatos mediáticos, por sofisticados que éstos puedan llegar a ser. La convergencia se produce en el cerebro de los consumidores individuales y mediante sus interacciones sociales con otros”.

Henry Jenkins

Jenkins se refiere a un cambio en los modos de relacionarnos con los medios de comunicación, a la posibilidad de vincularnos desde diferentes plataformas, con mensajes adaptados a cada usuario en particular, y de responder de forma directa o de modificar y reconfigurar ese contenido en red, junto con otros (ya volveremos sobre este punto, porque es muy importante en este trabajo). Para él, en definitiva, el poder está en el usuario.

Este es el principal aporte de Jenkins en su libro: todo lo dicho anteriormente reconoce fuentes en autores clásicos de la teoría de la comunicación, como Marshall McLuhan y Neil Postdam, quienes realizaron un aporte invaluable a los actuales estudios de las TICs y su impacto en la cultura. 

Ya no se trata solo ni principalmente de la evolución de los medios, ya que éstos (dice) perdieron centralidad en la producción y circulación de los contenidos. La potencia de la teoría de Jenkins radica en que pone la lupa en los usuarios, pero de un modo diferente a cómo lo habían hecho antes los estudios de la Recepción: no importa ahora solamente qué sentidos les dan éstos al mensaje de los medios, sino cómo construyen ellos mismos nuevas significaciones y las ponen en circulación junto con otros.

Recepción y convergencia

Breve repaso: los estudios de la Recepción rompieron con el paradigma lineal de la comunicación, sostenido en el modelo de Broadcasting (transmisión de uno a muchos), para decirnos que cada receptor en particular le daba sus propios significados a los mensajes a partir del marco cultural desde el que recibía ese mensaje. Aquí, la palabra final estaba en el último nodo del proceso, pero esto no terminaba con la transmisión lineal de la información.

Sin embargo, el boom de los blogs primero y la irrupción de la internet 2.0 después puso las cosas patas para arriba. Ahora los antiguos receptores tienen voz, y empiezan a hacerse escuchar. La interactividad permitió, entonces, pasar a un modelo de transmisión de “muchos a muchos”, y el modelo lineal mutó en una inmensa red inabarcable de relaciones.

“Si los viejos consumidores se suponían pasivos, los nuevos consumidores son activos. Si los viejos consumidores eran predecibles y permanecían donde les decías que se quedasen, los nuevos consumidores son migratorios y muestran una lealtad hacia las cadenas, las redes y los medios. Si los viejos consumidores eran individuos aislados, los nuevos consumidores están más conectados socialmente. Si el trabajo de los consumidores mediáticos fue antaño silencioso e invisible, los nuevos consumidores son hoy ruidosos y públicos”.

Henry Jenkins

Frente a esto, aparecen otros dos conceptos centrales del libro junto con el de convergencia mediática: el de inteligencia colectiva y cultura participativa, que repasamos en otro artículo. Sin ellos es imposible comprender acabadamente el concepto de Convergencia tal como lo propone Jenkins.

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