En las últimas semanas el streamer Ibai Llanos volvió a estar en el centro de la escena por su participación en la presentación de Lio Messi en el Paris Saint Germain, probablemente el momento deportivo del año.
El streamer español ya había dado mucho que hablar aquí en la Argentina a raíz de una (insólita) polémica iniciada por el periodista Gustavo López, quien se había mostrado indignado por la llegada de Ibai a jugadores como el “Kun” Agüero y Paulo Dybala. Esto llevó a una respuesta de Ibai, y posteriormente a un “careo” entre ambos.
Alrededor de este ida y vuelta se generó un intenso debate en las redes y en los medios, que -simplificando un poco- giró en torno a la idea de “la tele vs. los nuevos medios” o “periodismo tradicional vs. nuevas narrativas”.
En la discusión se pudieron identificar dos posiciones extremas:
- De un lado, quienes defendieron al periodismo “tradicional” y tomaron a los streamers e influencers -de los que Ibai es uno de sus máximos exponentes- como un grupo de chicos que “juegan a los medios” pero que no ofrecen un producto “serio” y que, como una moda pasajera, pronto van a desaparecer.
- Del otro, quienes vieron en Ibai y compañía una novedad y el comienzo de una revolución destinada a hacer desaparecer a los medios tradicionales.
En ambos casos sobrevuela la idea de que el stream y otras experiencias similares llegaron para “robarle” el público a la tele, e incluso hacerla desaparecer. No podrían estar más equivocados.
Nada nuevo bajo el sol
Ni Ibai, Coscu, Auronplay ni nadie van a terminar reemplazando a Gustavo López y a la tele. Tampoco serán una moda pasajera que pronto los olvidaremos.
Lo que digo no es nada nuevo para la Comunicación. Ya lo dijeron hace unos 60 años Marshall McLuhan, Neil Postman y Walter Ong, entre otros, quienes con sus investigaciones posibilitaron lo que hoy conocemos como la Ecología de los Medios.
En un muy apretado resumen, la Ecología de los Medios plantea una doble metáfora: ve a los medios como ambientes y, a su vez, como especies.
Carlos Scolari sostiene que los medios crean ambientes en los que se desenvuelven las personas. “Esta interpretación los medios crean un ambiente que rodea al sujeto y modela su percepción y cognición”. Por otro lado, los medios son vistos como especies: “Los medios interactúan entre sí”.
Esto da cuenta de la “convivencia” de las diferentes “especies” mediáticas en un “ambiente” en particular. Esta convivencia produce cambios en las especies, que comienzan a adaptarse a sus vecinos. “Ningún medio adquiere su significado o existencia solo, sino exclusivamente en interacción constante con otros medios”, dice McLuhan. En esta metáfora entra también la idea de la “supervivencia”: ¿la irrupción de un nuevo medio marca la muerte del anterior? “¡De ninguna manera!”, dirán los autores de esta escuela.
Acá está el hilo que une a Ibai con McLuhan y compañía. Como verán, la “amenaza Ibai” no es algo nuevo: se estudia por lo menos desde la década del ‘60, a partir de la irrupción de la televisión en el ecosistema mediático de la época. Justamente el medio al que ahora quieren matar.
De este modo, la experiencia indica que con Ibai pasará lo mismo: Twitch se acomodará en el ecosistema, y éste se amoldará a Twitch. Esto obviamente cambiará las cosas. Pero ¿qué son los medios si no la historia del cambio permanente?
Las razones de la crisis
Sí, los medios están en crisis: el modelo de negocios tradicional estalló por los aires y los grandes “animales” del ecosistema aún no logran encontrarle la vuelta, mientras que otros más pequeños se aseguran a costa suya una pequeña porción de alimento.
Algunas certezas que aparecen en el horizonte:
- Hay que despedirse de la era de los públicos masivos: rara vez aparece un programa con 30 o 40 puntos de rating (20 ya es un lujo a esta altura).
- Los ingresos publicitarios caen como los públicos. La gráfica muestra como ningún otro sector esta cara de la crisis: los miles de millones que recaudaban por publicidad impresa ya no existen, y su reemplazo por las ads digitales cubre un pequeñísimo porcentaje de lo que solían ganar, aunque mantengan los mismos auspiciantes.
- En este escenario de transición que nos aleja cada vez más del modelo broadcasting -la transmisión unidireccional de uno a muchos-, cientos de pequeños medios y autores individuales comenzaron a generar sus propios canales de comunicación, demostrando lo que antes parecía imposible: que una sola -o unas pocas- persona logre montar un “medio” y hacerlo rentable. Las razones por la que esto ocurre da para un libro. O varios. Acá lo cuenta muy bien, todos los días, el mexicano Mauricio Cabrera.
- El público aparece cada vez más atomizado: hay nichos para lo que sea, y eso permite la aparición y supervivencia de pequeños jugadores. Quizás esa sea una de las razones del cambio: el nuevo modelo de negocios parece mejor adaptado para que alguien con pocos recursos -y bajos costos- se haga de unos pesos. Pero no alcanza para “bancar” las megaproducciones del pasado.
Pero como todo ambiente, las cosas tenderán a estabilizarse. Y no, la tele no morirá, aunque seguramente experimente muchos cambios en el futuro y encuentre la manera de convivir con el stream. Porque lo que sobra -de eso estoy seguro- son públicos para cada propuesta.
Es por esto último que la polémica me resulta insólita. En primer lugar, resulta incomprensible que una persona como Gustavo López, con décadas de experiencia, se haya chocado de frente con Ibai sin verlo venir antes. Quizás sea un síntoma de la crisis.
Por otro lado, se adivina en la pelea una disputa por un público que nunca existió como tal: Ibai no le está robando televidentes a López, por el simple hecho de que quienes lo siguen muy probablemente nunca vean TV y no conozcan al periodista deportivo. De igual modo, quienes ven cada día la programación de ESPN probablemente se hayan enterado de la existencia de Twitch por ese pataleo.
Con esto quiero decir que se trata de públicos totalmente diferentes, que difícilmente se hayan cruzado alguna vez entre sí. Claro que la tele es la más perjudicada en esta relación, puesto que ya no podrá disfrutar de la época de los ratings récord. Pero esto es así desde hace por lo menos 5 años.
Como siempre, el tiempo pondrá las cosas en su lugar: Twitch dejará de ser un fenómeno emergente y se acomodará en el ecosistema, mientras que la televisión y otros medios afines también encontrarán una salida a la crisis -y ya no será la misma.
Para rematar y volver a insistir en la inutilidad de la polémica y en la convivencia de ambos medios: mientras que de uno y otro lado de esta nueva “grieta” se maravillaban o espantaban sobre la irrupción de Ibai en la presentación de Messi en el PSG y analizaban cómo un streamer le había ganado la exclusiva a la tele, el 10 argentino ¡se entrevistaba con Christian Martin, el corresponsal argentino en Europa de la cadena ESPN!